Coleccionismo y fotografía (Parte 2)

A lo largo de nuestro recorrido histórico analizaremos la obra de autores destacados teniendo en cuenta a la fotografía como arte y como documento.
El valor de una imagen no tiene nada que ver con el momento de producción de la misma. Hoy consideramos obras de arte, por ejemplo, las fotografías de Eugene Atget (1856-1927), dedicado en una parte de su vida a recopilar imágenes de la ciudad de París, el célebre Man Ray le presenta a los surrealistas. Su labor fue valorada después de su muerte gracias a la tarea de la fotógrafa Berenice Abbott. Atget al fotografiar lo hacía sin buscar expresiones artísticas, el mérito estético de sus imágenes fue apreciada con posterioridad. Este es apenas uno de los ejemplos más emblemáticos vinculados con la valoración de la fotografía como obra de arte.

A largo del taller veremos otros casos siguiendo las premisas que puntualizamos a continuación:

Para valorar una fotografía de autor como obra de arte hay que considerar:

1) el lugar que ocupa el autor en el denominado circuito institucional del arte, conformado por su presencia en museos, colecciones de arte, galerías, bibliografía especializada, entre otros. Se habla así, de autor precursor, consagrado o novel. 2) la disponibilidad de obras. 3) si es copia de época o posterior. 4) Calidad y perspectivas de conservación. 5) Carácter e importancia de la obra en el contexto de la producción del autor. 6) Procedencia: si fue adquirida al autor o proviene de una colección o personalidad destacada.

En este sentido haremos referencia a ventas en las subastas de Sotheby´s y Christie´s, como así también a las ferias de ArteBA y Buenos Aires Photo.

Paula Guillardoy
Diciembre de 2010

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