Lo fotografiable y el peso de la objetividad.

A lo largo del curso HISTORIA DE LA FOTOGRAFIA exploraremos la relación de la fotografía y la noción de verdad.

Desde su invención la fotografía se recreó y resignificó a partir de una premisa originaria: si es una fotografía es una verdad, la fotografía esta ahí: entonces, "eso es lo que realmente pasó". Parecía que no había dudas, en plena revolución industrial "una máquina reemplazaba a la mano del pintor". Se creia en la objetividad del testimonio fotográfico. La cámara: ojo artificial.

Interrogaremos a la práctica fotográfica a partir de distintos "testimonios", las primeras fotografías de guerra, los montajes pictorialistas desafiando la aparente naturalidad de una escena realizando montajes a partir de 5 negativos por ejemplo.... Si, si, obvio que no había photoshop. (sic). El retoque acompaña a la fotografía desde la popularización de los retratos.

Poco a poco el mundo de lo visible toma otra forma y comenzamos a hablar de "verosimilitud". Uno de los textos que irá conduciendo nuestras búsquedas es el libro de Joan Fontcuberta "El beso de Judas, Fotografía y verdad". A continuación una cita que guiará otra mirada:

..." Un ánimo razonablemente escéptico nos impele a deducir que creer que la fotografía testimonia alguna cosa implica, en primer lugar, precisamente eso, CREER, TENER FE. El realismo fotográfico y sus valores subyacentes son una cuestión de fé. Porque no hay ningún indicio racional convincente que garantice que la fotografía, por su propia naturaleza, tenga más valor que el lazo hecho en un dedo o la reliquia..."

Paula Guillardoy
28 de diciembre de 2010.

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